Honramos su vida evocando los momentos compartidos para mantener vivo su recuerdo en nuestros corazones, enalteciendo su calidad humana.
*A nuestro querido Tío Luis*
Hoy nos toca despedir a un hombre cuya bondad iluminó nuestras vidas. Su generosidad, amor incondicional y enseñanzas quedarán grabadas en nuestros corazones para siempre. Fuiste ejemplo de humildad, fortaleza y cariño, dejando en cada uno de nosotros un legado que no se borrará con el tiempo.
Aunque hoy sentimos su ausencia, nos consuela saber que su espíritu sigue vivo en cada gesto de amor que compartimos. Sus palabras y abrazos seguirán guiándonos, recordándonos que la verdadera riqueza está en la entrega sincera y el amor puro.
Gracias por cada sonrisa, por cada consejo, por cada momento de amor que nos regalaste. Te llevamos en el alma y en nuestras oraciones. Que Dios te reciba con los brazos abiertos, así como tú siempre nos recibiste a nosotros.
Con amor eterno,
*Tu familia*
Familiares y amigos extienden la invitación para dar el último adiós en un servicio que rinde homenaje su vida.