Honramos su vida evocando los momentos compartidos para mantener vivo su recuerdo en nuestros corazones, enalteciendo su calidad humana.
Familiares y amigos extienden la invitación para dar el último adiós en un servicio que rinde homenaje a su vida.
Querida Marina, hoy nos toca despedirnos de ti y aunque nos cueste aceptarlo, sabemos que tu partida es inevitable y que ahora te encuentras en un lugar mejor. Nos duele mucho tu ausencia y nos deja un gran vacío en el corazón, pero siempre te recordaremos con amor y gratitud por todo lo que nos brindaste mientras estuviste entre nosotros.
Queremos agradecerte por cada momento compartido, por cada sonrisa, por cada abrazo y por cada consejo que nos diste.