Honramos su vida evocando los momentos compartidos para mantener vivo su recuerdo en nuestros corazones, enalteciendo su calidad humana.
Familiares y amigos extienden la invitación para dar el último adiós en un servicio que rinde homenaje su vida.
Mami, nunca íbamos a tener tiempo suficiente para decirnos TE AMO HASTA EL INFINITO. Qué lección de fortaleza nos has dejado. Cuanta templanza, cuanto valor. Eres y por siempre serás admirable. No ha habido nadie en este plano como tú, tan entregada, tan buena hija, tan buena hermana, tan buena amiga y sobretodo, tan buena madre. Amaste a tus padres y les diste todo lo que pudiste; Amaste a tus hermanos como nadie los ha amado; Amaste a tu esposo incondicionalmente; Amaste a tus nietos profundamente; Amaste a tus amigos y a nuestros amigos; Amaste a cada uno de tus primos y sobrinos; Amaste a tus alumnos; amaste a tus enfermeras y ayudantes; pero sobretodo, nos amaste a nosotros tus hijos, nos amaste hasta la último, nos amaste en la salud y en la enfermedad, nos amaste sin dudar, nos amaste hasta cuando menos lo merecíamos, nos amaste hasta el infinito, mami. Hoy te tocó ir a la casa del Padre, te tocó viajar a la Jerusalén Celestial donde ya no hay dolor, donde ya no hay preocupaciones, donde ya puedes bailar, puedes cantar y puedes disfrutar del paraíso prometido con aquellos que se fueron antes que nosotros. En nuestros corazones se queda grabado cada momento vivido junto a ti, nuestra infancia, nuestros viajes, las risas, tu voz potente, tu valentía y tus ganas de vivir. Algún día nos volveremos a reunir todos contigo y con papi. Descansa en paz en los brazos de Dios. ¡TE AMAMOS MAMI!